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domingo, 21 de septiembre de 2008

Ai-Ren

Hacía tiempo que un cómic no me sorprendía tan gratamente como lo ha hecho Ai-Ren, cómic que, además, empecé a leer por casualidad.


En algún futuro indeterminado, el protagonista, Ikuru, sufrió un accidente, del cual pudo recuperarse, pero que le dejó como secuela un cuerpo condenado a degenerarse y morir en pocos años. Cuando se encuentra en fase terminal, solicita que le otorguen una Ai-Ren, un organismo artificialmente creado con el fin de consolar y cuidar de que los últimos días de una persona resulten más llevaderos y que, además, también tienen una corta esperanza de vida.


             La adorable Ai en la portada del número uno.

Y aunque como en otras historias de temática parecida surja el amor, Ai-Ren tiene una serie de puntos particulares que lo hacen de lo más atractivo. El primero es el contexto, dicho futuro resulta ser de lo más desolador, lleno de conflictos armados, epidemias y una natalidad reducidísma. Ésto es aún más relevante al ser un cómic de temática costumbrista, en el que la tranquila vida diaria de la pareja contrastará con los horripilantes acontecimientos de los que vamos sabiendo a lo largo de la obra. Igualmente, aunque abundan los momentos felices, hermosos, e incluso ligeramente cursis, suelen ser sesgados de golpe por escenas más bien duras, en la que la muerte de los protagonistas acecha en forma de secuelas de la enfermedad, o bien en forma de depresivos devaneos; o en la que los conflictos se hacen patentes, sintiéndose cada vez más cerca del pequeño paraiso que es la casa de Ikuru. De hecho, aunque haya mencionado que existen momentos bucólicos/cursis, son tratados con bastante naturalidad y de manera muy simpática, de manera que se evita caer en lo empalagoso. Hablando de naturalidad, es agradable comprobar como el sexo y el desnudo también aparecen de forma espontánea y realista (dentro de la particular idiosincrasia de la serie), sin ser un mero fan-service, sino más bien un canto a sentirse vivo y a amar al prójimo.


Porque lo mejor de Ai-Ren a mi parecer es el hermoso mensaje vitalista y de lucha, incluso ante la mayor adversidad. Un optimismo y alegría como forma de actitud ante un mundo completamente desolado. Sin falsas esperanzas, pero intentando disfrutar el máximo posible.


Añádanse finalmente, unas leves pinceladas de ciencia-ficción como fondo y sin tratar mucho, pero que dan algo de solidez al mundo, que, para terminar de rellenar dicho andamiaje cuenta con un dibujo detallado pero sin llegar a ser sobrecargado con una mención especial a los bellos paisajes, algunos bastante alienígenas que se nos muestran y que ellos sólo justificarían la lectura de este manga.


Manga que, es obvio, queda absolutamente recomendadísmo y que ojalá sea editado por estas tierras. Mientras tanto existen algunas versiones traducidas flotando por el cyber-espacio.

Como únicas pegas sólo pondría las pequeñas lagunas en la trama, no del todo claras y de narrativa algo confusa a veces. Ligeros detalles que apenas empañan una obra que globalmente es magnífica.

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