
No comprendo cómo una editorial permite que salgan a la venta despropósitos así, y me hace plantearme el respeto que tienen por sus clientes, nosotros, los aficionados. Todos sabemos que aquí pagamos un sobreprecio importante en las ediciones de manga, pero que en gran medida tiene su justificación en que nuestras ediciones son de lujo en comparación de las japonesas. Pero gran parte de ese precio no está en la presentación, sino en el contenido. Y cuando ese contenido no tiene unos mínimos de calidad, me siento estafado. Porque de nada sirve tener un libro de oro si el escritor no sabe escribir. Y es algo que, por desgracia, nos hemos acostumbrado a tragar, a seguir pagando precios altos, por productos que parecen hechos por cumplir, porque tienen que salir y ya.
Como excusa podrán decir que los traductores tienen varias series simultáneas y se les pueden escapar cosas. Bien, lo acepto, cualquiera cargado de trabajo acaba haciendo chapuzas. Pero entonces, ¿cómo llega eso a la imprenta? Yo estuve durante muchos años en un fansub, tanto de anime como de manga. Somos aficionados, gastamos nuestro tiempo libre en hacer ediciones de cosas que aquí posiblemente no veamos editadas oficialmente en la vida. Y sin embargo, quedan mejor que muchas de las ediciones en papel que se hacen. No mejor que todas, que conste, desde luego que también hay muy buenas ediciones en España. En el caso del manga, el sistema habitual para hacer un lanzamiento es simple: se traduce, se corrige la traducción, y se rotula. La edición en papel tiene unos cuantos pasos más, lógicamente, pero por lógica esos tres pasos tienen que estar por ahí. Y me resulta increíble, la verdad no entiendo en absoluto, cómo el segundo de estos no existe, o al menos parece no existir. Si corregir un texto, que en el caso del manga son pocas páginas no es más que analizar ortografía y gramática con un poco de sentido común, ¿cómo es que nadie hace eso antes de imprimir? ¿Nadie se da cuenta de que algunas frases no tienen sentido? ¿Nadie se lee el trabajo antes de darle el último toque? No me lo creo. Debo dejar claro que en ningún momento pretendo insinuar que todas las ediciones de aficionados son buenas, de hecho es lógico que sólo una pequeña parte de ellas lo son, pero sólo por esa pequeña parte ya vale la pena ponerse a pensar en ello. Como decían en un artículo en Ramen Para Dos, si puedo acceder a algo de calidad superior y precio inferior, o gratis, ¿porqué he de pagar más sólo porque sea oficial? Simple ley del mercado.
Y lo peor de todo, no podemos hacer nada al respecto. Lo cual me parece una vergüenza, pero sobre todo una pena. Una vergüenza porque lo siento como un abuso y una falta de respeto hacia su público, hacia sus clientes, que son “los que le dan de comer”. Y encima, nosotros estamos en una posición complicada, porque aunque habitualmente la solución más simple es dejar de comprarles hasta que hagan las cosas bien, en este caso si hacemos eso, dejan de traerlas, por lo que el resultado es peor. Tenemos que tragar con lo que sea porque es lo que hay. Y una pena porque una mala traducción hace que una obra pierda completamente el sentido. Y realmente, más que mala traducción (porque en la práctica eso no sé apreciarlo) es una mala adaptación. Los mayores errores que he visto, tienen más que ver con la forma de expresarse que con el contenido de las frases. Por ejemplo, en el cómic viene: “Alguien como usted, el jefe de la División de Investigaciones, ¿porqué viene a una consultoría hipnótica”, lo cual es muy poco natural, y a una primera lectura se puede arreglar sin dificultad, simplemente cambiando un poco el orden: “¿Porqué viene a una consultoría hipnótica alguien como usted, el jefe de la División de Investigaciones?” o tomándonos cierta libertad: “¿Porqué viene a una consultoría hipnótica alguien de su nivel, el jefe de la División de Investigaciones?”. Para eso el castellano es una lengua tan rica. Y se pierde gran parte de la calidad en este aspecto. Se hace pesado, al mismo tiempo que lees una historia interesante y compleja, tener que estar interpretando cada frase hasta darle un sentido natural, por lo que finalmente no has disfrutado del todo su lectura. Y esto suponiendo que no se haya cambiado el sentido al texto, pero eso ya es cosa de la traducción en sí y pocas veces nos daremos cuenta.
Realmente de esto se podría hablar mucho más, pero como conclusión sólo llego a una: no hay solución. Y, por triste que sea, es lo único a lo que llego. Mientras no exista un cierto nivel de exigencia entre nosotros mismos, esto es, mientras sigamos tragando sin más, esto seguirá ocurriendo, y no puede ser. Hay que hacerse notar, hay que hacerse escuchar, y hay que exigir ciertos niveles de calidad cuando estamos pagando un precio considerable por algo que, sin mucha dificultad, puede estar mucho mejor. Y digo sin mucha dificultad porque en el mismo mercado, con un precio similar o incluso más bajo, existen ediciones de mucha mejor calidad, tanto en presentación como en contenido, demostrando que es posible y sólo hace falta un poco más de profesionalidad.