Dr. Slump
Aprovechando la próxima reedición de este clásico en España, creo que procede hacerle una crítica por si alguien no lo conoce. El autor es un tal Akira Toriyama al que quizás conozcáis por alguna que otra obra menor e intrascendente.
La historia comienza cuando el habitualmente fracasado inventor Sembei Norimaki crea a Arale un robot con la forma de una niña pequeña. Sin ser la pretensión del doctor, Arale es increiblemente fuere y rápida, pero con una inocencia directamente proporcional.
La serie es sobre todo, humorística, centrada en las peripecias de Arale (que muchas veces ella misma provoca), los inventos del doctor, o algún acontecimiento que ocurra en Villa Pingüino, lugar de residencia de la familia. Toriyama es un maestro de la comedia, y aquí lo demuestra ampliamente, manejando lo absurdo, lo escatológico, lo pueril, los juegos de palabras, la parodia, el metalenguaje; con mucha soltura.
Dejando este gran valor aparte, la serie tiene más alicientes. Por un lado, Toriyama también es un genio a la hora de sacar diseños, cosa que se refleja en los descabellados inventos, naves, personajes que pueblan el manga. Se disfruta además una buena dosis de imaginación, dejándose llevar por el esperpento, el autor nos regala con toda suerte de planetas, islas monstruosas, enemigos y situaciones de lo más variopinto, como un personaje que no puede dejar de ir en una moto en marcha, o morirá.
Finalmente, uno no puede evitar cogerle cariño a Villa Pingüino y sus descacharrantes habitantes, cada uno más peculiar que el anterior, pero todos bastante encantadores y con un lado cómico y tierno. Así, aunque al final uno termina un poco cansado, no puede evitar sentir cierta lástima cuando la historia se termina. Porque hay que admitirlo, aunque a Toriyama se le vaya un poco (o mucho) el norte, sabe hacer unos finales de lo más nostálgicos.
Altísimamente recomendada esta serie que la mayoría ya conocerá (aunque sea por el cameo en otras series menores e intrascendentes), pero que muchos no habrán leído y se perderán muchos buenos ratos si no lo hacen.
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