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miércoles, 15 de octubre de 2008

Yaiba

Antes de escribir su obra de mayor calado y extensión, la archiconocida Meitantei Conan, Gosho Aoyama, comenzó a hacerse un nombre, incluso más allá de las fronteras niponas con Yaiba.


Para el que no viese su versión animada años ha, Yaiba trata de... bueno, de... de un joven criado ajeno a la civilización, aficionado a la lucha, monesco, con un viejo maestro salido y que emprende la búsqueda de siete bolas, siendo una de ellas la Esfera del Dios Dragón. Sí, en serio. Aoyama admitió en su momento que tomaba muchísimos elementos de Bola de Dragón, lo cual tampoco es tan grave, con la de clones que pululan hoy día.

                                   Yaiba junto a Sayaka en la portada del primer volumen.

Sea como sea, después de que Takeshi, el reciente rival de Yaiba, sea poseído por un demonio maligno y volverse poderosísimo, a Yaiba no le queda otra que emprender un viaje en busca de las mencionadas esferas que deberían ponerle a la altura de entablar un combate.


El tono general del manga es humorístico y desenfadado, con algunas excepciones puntuales de momentos más tensos, y los abundantes combates distan mucho del realismo y a veces de coherencia. Los propios enemigos, demonios a los que Takeshi va liberando son en general paródicos (y a modo de curiosidad, a veces reencarnaciones de famosos guerreros de la historia japonesa), destacando el entrañabilísimo Hombre-Araña.


El dibujo es distendido y caricaturesco, alejado del Aoyama más maduro y pausado de la actualidad. Los diseños de los personajes son alabables, casi todos bastante grotescos y muy simpáticos.


Lamentablemente, los parecidos con Bola de Dragón van más allá del argumento. Si el inicio es como ya se ha comentado, poco serio y muy divertido, a medida que avanza la historia se le da un cariz más agrio y pretendidamente trascendente sin conseguirlo, y se repiten combates alargados hasta la extenuación en el que cada combatiente empieza a transformarse para volverse más fuerte.


Unos tomos finales que ignorados, nos dejan por lo tanto una obra bastante disfrutable sin pretensiones, para echar un gran rato riéndonos.

2 comentarios:

  1. *nostalgia*

    Aunque solo vi el anime y nunca toqué el manga... pero me has recordado las largas tardes frente a la tele tragando dibujitos cuando era chico xD (ahora igual, pero frente al PC :3)

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  2. O.O Yo tambien veia esta serie

    Era muy curioso eso de que el poder de la espada dependiese de la bola que le pusieran :)

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